Hoy, jueves 29 de mayo en Santiago de Chile, faltando dos años para el bicentenario, lamentamos la sensible pérdida de la Educación Pública. Desde estos párrafos, expresamos nuestro más sentido pésame a todos los chilenos y chilenas que la conocieron en vigencia.
Su historia tuvo altos y bajos, dulces y amargos. Cuando tenía pocos años de vida, su padre el Estado se divorció de la señora Patria. Fue una etapa difícil para tan noble hija, que sólo con la ayuda de su amigo Utopía, logró superar. A medida que avanzaron los años, fue sintiendo la ausencia de su padre. Esta se acentuó, cuando su madre contrajo matrimonio con el señor Lucro. Ya no había vuelta atrás, debía entonces adquirir nuevos valores, y tratar de conservar los antiguos.
Lo que siguió en su hoja de vida, fue una penosa realidad. Entregada a las manos de su nuevo padre, incubó un tumor maligno que ninguna medicina logró curar. Sólo sufrimiento y olvido, al extremo de que su progenitor la olvidó por completo.
El último equipo médico en intervenirla, sólo agudizó más su crisis, terminando con su vida esta mañana. Sus funerales se efectuaron en el frontis de una de sus casas, la Universidad de Santiago de Chile. El profesor Samaniego dirigió breves palabras para una fiel amiga, expresando que la universidad debe exteriorizar toda la cultura que ella dejó.
Desde aquí nos despedimos, sin perder la esperanza de que pronto resucitarás.
Estudiantes de Chile.
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